jueves, abril 29, 2010

Todos los días

Entonces, un día de casi frío,
llegó el momento
en que empezaste
a planear
sobre la sombra
y la luz
(también entre las zonas de claroscuro)
de mis días.

Como lo importante
lo que se cuenta
con una mano
(y acaso sobran
dedos)
no se puede evitar
ni escupiendo con moco
cada sopa.

Tan palpable como ahora
que dormís con la boca
semiabierta
mientras pienso en que
nunca, nada,
supo apaciguarme tanto
como esa forma brillante
que tenés de estar.

Todos los días.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sos genial, amigo!
Male

Anónimo dijo...

sos genial, amigo!
Male

Anónimo dijo...

sos genio todo el tiempo