martes, marzo 24, 2020

El barrio en silencio

El barrio, sumido en un silencio poco menos que total.
Ocasionales: un auto, alguien que camina radudamente,
un colectivo carga tres que viajan imóviles,
distanciados entre sí.

¿Cómo serán sus historias?

Verónica tiene 38
trabaja de enfermera
en un hospital público
de Lomas de Zamora
siente en la panza una mezcla
de miedo y orgullo.
Walter atiende el turno noche
del kiosco de Carril y Condarco
de noche habla con zombies
que compran cosas extrañas.
Omar pedalea todo el día
carga una mochila naranja,
cuadrada y enorme,
lleva y trae cosas
de un lado a otro.
Sara lee, lee y lee,
la hoja en la que posa
ahora su mirada: "Hijo,
un animal demasiado solitario
se come a sí mismo".
Estela toma mate
en el balcón, riega las plantas
mientras se pregunta
"¿volverá la vida normal
algún día?".

domingo, marzo 22, 2020

La vida extraña

El potus en su maceta lánguido se deshace hacia un costado
un velador antiguo posa su luz sobre mí cuando lo dermino
gata que deambula majestuosa mientras observo detenido 
una calabaza que alguien talló hasta hacer mate.

Las especias de la India y los hongos
patagónicos, vino rojo sangre,
subrayan un trozo de tela desconocida
que reposa en el suelo,
lo veo de cerca cuando tomo clases
virtuales de yoga.

¿Será distinto en el refugio
de montaña, en plena cordillera
catamarqueña?
¿O el encierro es encierro
en cualquier lado?

Cosas suspendidas en el aire,
la vida extraña.

miércoles, marzo 11, 2020

Persea

Si tu historia es complicada
no te preocupes: podemos hablar
de otras cosas.

O solamente mirar el jardín
caótico que excedido de hojas
ramas y palabras parece decir
alguna cosa, desde el pulmón
de la manzana.

Podemos imaginar
formas posibles de asaltar
el baldío, sacudir las ramas
grandes, luego juntar las paltas
del piso en sandalias.

Luego moler el cafè
con la mirada, oler los espejos
donde posa el reflejo de les niñes
que fuimos alguna vez
y nos gustamos sin decirlo.

Ensanchar la mañana hasta
los bordes del precipicio de los
quehaceres, darle material laxo
total la rutina siempre vuelve
a acariciar nuestro áspero cuero.

Una persea americana, intrusa
en el Abasto, da los verdes
que el corazón necesita para
bombear viento dando impulso
vibrante continuo.

Si tu historia es complicada
no te preocupes: la mía tampoco.


El polvo de los días

Congelar sobre el fuego
un abecedario que contiene
todos los caracteres
alfanuméricos
de mi alma
si es que la hay
tropezadora nata
aunque no afloja
cuando muerde
el polvo de los días.