Después entré en algún desvarío pequeño, uno más de los tantos.
Y evadirme de brotar.
Refugiarme en el superrealismo onírico y tentar a la nada.
Así construí mi contra-aproches. Así aislé la isla, desarmable.
Más desvaríos, los habituales réquiems anegadores.
Y en la boca de la luz, casi la última sombra titilante.
jueves, enero 04, 2007
Puede ser...
El cielo es una puerta a lo celeste. Del mundo friccionado que compone el ser humano.
Solamente, buscalo.
Solamente, buscalo.
Astillándote
Se expanden todos tus nervios y convergen salpicándose sobre la planicie...
astillándote.
astillándote.
lunes, enero 01, 2007
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