fue tal el calor pero tibio
tanto el agrado, el relajo
madeja desenredada sobre la mesa
árbol crecido de mil tallos
pinzas suaves de sostén
los sabores los aromas 
la música de trasfondo
hubo tanta radio que las palabras
me brotaron a borbotones un día
ya no pararon porque el mundo
se puso un espacio ancho
digno de ser amado 
aunque horrible a veces
la batalla valía el esfuerzo
levantarse una y otra vez
a pesar de los golpes
siempre en bastidores 
detrás de la escenografía
iba a estar como río 
que nunca para 
el sonido de su cauce
un arrullo permanente 
orilla donde terminar
y empezar en otro 
un país al que pertenecer 
la patria chica, la patria grande
siempre ahí, un permanencia
que de tan agradable lo quise dar 
en mis amores: maternar, acurrucar 
dar pan abrazo beso
pero ahora que ya estoy grande
me doy cuenta madre hay una sola
entonces amo de otro modo
ya sin imitar ni ser reflejo.
ahora que su finitud es real
que la otra costa se empieza a divisar
siendo de nuevo hijo me dejo acunar
en el recuerdo de sus manos, el primer amor
crece el deseo de una risa profunda en mi 
y siento una gratitud infinita.
ojalá todos tengan una mamá como yo tuve
a pesar de que tanto a veces no te entra ni se encuentra
porque la quise imitar, quise serlo también para otros
que otros sintieran esa cosquilla interna. 
pero ya no más, ahora descanso 
para que descanse ella también.