jueves, agosto 06, 2020

Vilardebó

Ayer: la ciudad amaneció cubierta de humo 
y yo colgué como mono de una rama de anís 
estrellado
crecida de entre las rajaduras de baldosas 
en un camino al tiempo que pasó y no volverá 
y ya no importa...

Hoy: marco pasos. Son impactos 
entre el monte que resuenan acompasados; 
un colchón de humedad fiera los ecualiza 
en una frecuencia que solo escuchan 
alimañas y fantasmas 
de apellido Sánchez y Gamarra 
o en su defecto, Vilardebó.

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