Terraplén del olvido
tueténos en la sangre empiezan a sonar como una ambulancia perdida en la noche
sosegado el ramo de besos, ofrenda de un corazón atolondrado.
En el muro levantado sobre la pintona ilusión apoyo una macetita
la sal del mar la traigo pegada en la piel
bestia dulce me saluda en la mañana y baldea la vereda de mi aldea.
Pienso: tal vez el cuerpo me quede chico algún día al volver
del puerto flotante donde amarran tus orejulis y estalle en medio del bondi
haciendo un enchastre tan lindo que ya nada más importe.
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