martes, febrero 16, 2010

Eleonora en el estanque

Estaría sentada en el borde del agua estancada por los meses de sequía
mirando volar los insectos, la mente pendulando de una nube imaginaria
expresada en un incipiente hilo de saliva en su boca y en las ropas
que su madre vieja y flaca y toscamente conservadora le haría vestir
porque una chica con veinte años no puede, porque una chica
con sus problemas no puede de nacimiento despertar pensamientos
en los hombres de la zona que están todos enfermos de hambre y odio
Asesinaría cada madera del muelle roto desde el que se escaparía
con esos ojos oscuros y mentolados que parecerían de telgopor y témpera
Tres dedos que no habrán sufrido el designio se moverían en círculos
estirarían el hilo transparente que tornaría círculo oscuro en su vestido
y más oscuro aún con el rumor de los pasos del casero santiagueño
que con chacareras la pondría a bailar en una fiesta secreta bajo techo de paja
en una casilla alejada del casco de la finca que no sería de ella ni de él
pero todos dormirían la siesta porque el sol ya sería sequía
partiría las cabelleras oscuras de todos los que trabajan los campos
y haría despertar a todos los abanicos de la provincia de Buenos Aires
moviéndose en manos blancas de uñas aburridas, agitando las tinturas,
nadie iría al ranchito ni al estanque ni al muelle porque en verdad
a nadie le importaría ni lo más mínimo de su pequeña ración de atención
más allá de sí lo que estaría haciendo la pobrecita de Eleonora que nació mal
parida si Mariana no cortara osobuco en Yuquerí,
entre desinfectante y reses con la cabezas que ya no están hacia abajo pendulando.

3 comentarios:

marìa lluvia dijo...

eso que escribiste se pareciò a un rìo
bravo -en cualquier sentido-

f. m. dijo...

qué bueno!ª!!

Anónimo dijo...
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