te busco por el docke
y en las calles de villa inflamable
respirando aire endemoniado
regado de vino de la costa.
me dijo ale que bailabas en la barra
cuando atracaban los cargueros
y te montabas a los gringos
en los cuartitos del fondo.
esos billetes europeos
depositados en tu cuenta corriente
de río y de tierra mojada:
una expropiación ardiente.
imaginarte en el Marine
una noche de verano
bajo las estrellas de avellaneda
encendió los motores de mi nave
y ya no pudo parar hasta tu puerto
dársena histórica, morocho muelle.
ojalá algún día te encuentre
y me dejes invitarte una ginebra
en el bar de la alejandra
oh, negra kalifornia
diosa portuaria
concedeme este deseo
a cambio de mi ofrenda de sangre.
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