martes, julio 07, 2020

Rosario

Aprendí que las palabras
No necesitan enroscarse sobre sí mismas
para decir las cosas como son y no todavía.
Decir por ejemplo
que el horizonte se esfuma
entre tus dedos al recortarse
sobre el marco de la ventana
no es otra cosa que plantar bandera
en alguna de mis lunas o sentir
de nuevo todo el sol sobre la piel
en febrero del 93 al quemar
y tallar recuerdos futuros.
Si la vida se te acaba un día
de viento frío del sur, pienso
que quizás fue porque era eso tu canto:
ola polar sentida desde adentro del abrigo.
Siempre cerca tu canción y tu poesía
estuvo de mi, aunque de costado
apoyada sobre la banquina
envuelta en luces titilantes.
Ahora que se apagaron
todo lo que dijiste está
en algún lugar de mi cabeza.
Sé todas tus canciones,
incluso las que nunca escuché.
La sensibilidad ante lo insignificante
es lo más difícil de conseguir.
No se estudia en la universidad.


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