miércoles, junio 10, 2020

El bajo

Hacia allá está el río.
Lo sé porque las calles
comenzaron a descender
como teniendo pereza
igual a una manzana
al caer de madura.
Está el río, allá.
La vegetación viró verde
oscuro su follaje frondozo
de incontenibles yuyos
nacidos desde el centro
de la tierra se filtran
entre el cemento y pueblan
los irregulares adoquines
un poco más a cada paso.
Para allá está el río.
El aire, enriquecido
con nuevos minerales,
se hizo más denso:
huele a tierra
y huele a agua,
que es igual a decir
que huele a río.
No diviso borde ni orilla.
Invadido su antiguo lecho
por una ciudad y su historia
de familias hacinadas
y reunidas en el living
en torno a alguna esperanza.
Hacia allá está el río.
Desciendo unas calles más
bañado en el atardecer
naranja y frío. 

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