viernes, noviembre 24, 2017

Bolaño


Cuando la apuesta es a vida o muerte
no hay vida que admirar más que la de uno

Trémulo es el amor cuando acopla
entreverado en prosa cotidiana, como cruz.

Sé quiénes estuvieron cerca de mí
los días de la fragilidad de una apuesta.

No hay mucho más para perder así
si empatiza un cable dosveinte en altamar.

El bar es destartalado y vuela alto
sobre una carretera provincial mejicana

No se puede otra cosa que aguardiente
y escuchar allí toda historia embriagada.

La infancia detenida en un mismo lugar
donde las posibilidades de ver son infinitas

Tener la edad de siempre, tiempo plástico
esa forma de asir lo que se va y no vuelve.

Estamos ahí contenidos: el infrarrealismo
lejos de todo poder, cerca de la calle.

Ser latinomaericano: indio y europeo
de tierra y de hormigón, todo entrelazado.

Se puede, aunque no es recomendable, vivir
sin timón y en el delirio. Pero es inevitable.

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