miércoles, septiembre 30, 2009

Lucero

Siempre se posa el mismo pájaro y picotea la madera
atraviesa imprudente el marco que limita la mirada
para juguetear una escondida con la ochava de Moreno
y trasladarse caminando a un empedrado minado de guerras
y de amor verde agua, y de locomotoras de miniatura,
y perros con jardinero, y locura de verano, y putas y putos,
y anarquistas italianos, y un comité radical intransigente,
y hermanas preciosas, y nubes de gasoil y paco, y viejas locas
y Julio paranoico, y el fantasma de Toto, y el piolín infinito,
y Milena que es hermosa y mala, y Mariano que no termina de irse
y la historia entera de los mismos protagonistas
delimitada por los bordes reales de la escenografía,
de la que forma parte el mismo pájaro, que se posa en la madera
y picotea los oídos desde las cuatro en verano y las seis en invierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué lindo, no te lo había dicho