martes, abril 18, 2006

Equinoccio

Toda la bruma surge de tus inaccesibles ojos alados.

Toda la bruma se posa sobre tus hombros quebradizos y caídos,

y tus manos que son viento respiran en pulmones de edificios altísimos.

Ensordecen silenciosos ecos de gritos ficticios y resurge la bruma de tus mejillas frías e incoloras, de cada rincón de vos orilla, cuando la espuma espesa te baña y te abraza.

Corres a la noche y perseguís las sombras,

deteniendo siempre todas las luces… y despaciando las auroras.

Refugias al sol, equinoccio de mis brazos y mis piernas... multidimensiones de un nosotros, quebradizo junto a la bruma y tus hombros, tus manos viento soplando caricias.

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