Entre una mano y otra mano
con leve presión las palmas
y bien dispuesto el corazón
amasar, amasar y amasar.
No es posible prescindir:
de la paciencia, de la precisión
del cariño y de cierta delicadeza
amasar, amasar y amasar.
Aunque pase el tiempo, amasar.
Pongalé:
un poco de ají molido
un chorro de vino
pimienta al gusto
de ese beso picantón
que le dio la vida
de probar con su pizca.
¡No escatime!
la atención
no escatime el tiempo
la salsa es la cosa
más increíble
que inventó el ser humano
¡conjunción cósmica!
¡sueño de diosa!
¡tanto sabor!
La cuchara es de madera.
dientes de ajo son dos.
Molinillo. Pimienta.
Mirar la salsa
como si se llevara
el mundo adentro.
La salsa debe hipnotizar
los cocineros a fuego lento.
Ser persona presente
dedicada a la salsa
dedicada al sabor:
“Disculpe, me dedico a la salsa
esa es mi verdadera ocupación”.
Cuando emergen las burbujas
es momento de entregarse
a las palabras importantes:
verter
albóndiga
salsa
cacerola
hervor
sal
plato
molinillo
pimienta
cocina
cocina
amasar
amasar
aunque pase el tiempo
seguir amasando
algún día llegará
la hora de sentarse a la mesa
a la luz de una vela
frente al plato reluciente
de fideos con albóndigas.
Cocinado a las cuatro manos de B y J