domingo, enero 16, 2022

En mi amplia frente caben tres piedras 

una por cada divina comedia de enredos 

en cuyos guiones alunicé la sonrisa tibia 

para apagar las fauces de un volcán malo 

el segundo exacto previo a su erupción.


Tres piedras caben en la frente de Juan 

y yo que hasta ese momento no lo sabía.


Son tres y se apoyan con elegante frenesí 

una por cada día arbolado, a la sombra

fresca y sabia de las acacias en mi camino.


Piedras ovaladas que ejercen leve presión 

sobre una cabeza cansada de mucho rodar 

al tope de un esqueleto que divagó mal.


La acción de los días lima sus puntas en tanto

mi frente se alfombra para un baile sorpresa.





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