viernes, noviembre 01, 2019

El puerto de Buenos Aires


Atraviesa esta jornada
la arandela donde clavo
un estante que sostiene
mil planetas y se mueven
sobre un astro luminoso
enchufado a dosmilveinte
es mi coco estupefacto
cada día un sentimiento
agitado en los tablones
del estadio de un equipo
de fantasmas y torcazas
tomo el whisky en un florero
y el café sobre las rocas
porque el tiempo me acompaña
de noche a la vuelta al perro
veranito dame masa
en mis manos y sombreros
necesito apretar algo
y descomprimir el alma
de dolores, a mar del plata
piso el carro y sorbo hielo
nunca dije una palabra
que no sepan mis ancestros
aunque rusos gallegos tanos
todos en el mismo carguero
rebalsado de sueños, cagado
de miedo y sangijuelas
se bajaron una noche
en el puerto de Buenos Aires.

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