sábado, diciembre 13, 2008

Síempre supe que lo único que podía hacer era escribir.

Para volver al pago, para seducirte, para alimentarme o pescar un tentempié.
Para decir la verdad sobre todo eso que encierra Parque Patricios en verano.
Para alfombrar el sombrero que tapa tu terminación rulienta de planta.

Para ser justo con toda la belleza del sudoeste
y aplicar honestidad sobre la aparente normalidad
de los cuerpos semidesnudos que penden del cielo.

Demorar es otra estrategia. Se puede demorar y luego escribir.
Para atravesar el campo magnético que impone el trajín de la existencia
y avanzar así sobre el centro político-económico que antecede al río.

Siempre supe que se trataba de un verdadero y material acto de liberación.

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