domingo, junio 17, 2007

Intertextos

Lámpara de gas que levita
aquí.

busca cegarme mirándome a los ojos, tan de frente.
Soy esquivo: la ceguera me seduce
ya no quiero no ver más que esa proliferación de luciérnagas tildadas.

¿Sabrán los álamos cuánto quisiera habitarlos?
temo que sí y que a eso se deben los gestos
la amabilidad con la que se conducen, balanceados levemente
izquierda... derecha... según silbe la marea.

Interrumpe el idilio un muchacho que reparte pequeños trozos de papel a las personas que cruza. Al abrirlo leo brevemente: "Te amo". Escucho entonces susurrar a los álamos en canto coral, tribuno, y bajito: "las luces que saltan a lo lejos no esperan que vayas a apagarlas".

Resuelvo dejarme seducir por la ceguera.

2 comentarios:

f. m. dijo...

ameghino.
es terrible lo de las luces que no esperan que las apagues(n)

muy bueno

Juan Francisco Gentile dijo...

Supongo, Flora, que sabrás a qué flaco autor pertenece esa frase.
No quiero arrogarme palabras que no son mías.

Si el elogio es por la intertextualidad, gracias.

Si no, gracias de todas formas.

Salú!