Toda la bruma surge de tus inaccesibles ojos alados.
Toda la bruma se posa sobre tus hombros quebradizos y caídos,
y tus manos que son viento respiran en pulmones de edificios altísimos.
Ensordecen silenciosos ecos de gritos ficticios y resurge la bruma de tus mejillas frías e incoloras, de cada rincón de vos orilla, cuando la espuma espesa te baña y te abraza.
Corres a la noche y perseguís las sombras,
deteniendo siempre todas las luces… y despaciando las auroras.
Refugias al sol, equinoccio de mis brazos y mis piernas... multidimensiones de un nosotros, quebradizo junto a la bruma y tus hombros, tus manos viento soplando caricias.
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