Cada año que pasó miré ese camino
pero nunca me animé a tomarlo.
Se abre al costado de la ruta principal:
tierra, barro, irregularidades, alimañas
y un destino incierto en el horizonte.
Esta vez voy a llegar de a pedazos
como se arriba a un puerto deseado
después de una travesía atolondrada.
Te veo en cada paso que doy desde siempre
enroscado en la mirada fiera del espejo.
Voy a llegar, te lo prometo, esperame.
Nunca hablé tan en serio, Macedo.
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