De tu piel de durazno
brotó el cardúmen de mis besos ocultos bajo el matorral menguante que lloré.
Tuve miedo que el derrame cremoso de los días de vos me ahogase para siempre.
Nunca jamás podré integrarme al estanque verde que culmina.
Publicar un comentario
No hay comentarios.:
Publicar un comentario