Traeme una piedra
limada por el sol y la nieve
extraída con tus manos precisas
de la orilla de tu deseo acuático.
Traeme una piedra
arrancada de su hábitat natural
para viajar a la ciudad en mochila
perfumada con tus cosas, para mi.
Traeme una piedra
aunque pese un millón de años
impregnados en la superficie volcánica
de las mañanas que todavía no están acá.
Traeme una piedra
porque no puedo más que pedir
algo de verdad, un manantial turbio,
la caravana que sigo desde que te ví.
Traeme una piedra
así la apoyo entre mis días
para tener algo tuyo que sea insoluble
y a estos papeles no se los lleve el viento.
Traeme una piedra
un souvenir rústico e informe
que atraviese los años por venir
y surfee las mareas violentas que yo sé.
Traeme una piedra
y si tengo que romperme hoy
la busco entre las otras piedras
que demarcan mi camino transparente.
Traeme una piedra
porque este vuelo en hamaca zarpó
y necesita de un ancla para aterrizar.
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