Si tuviera un deseo hoy
sería el río calmo a mis pies.
Un cortejo de peces finos
en una danza sugestiva
dicen un mensaje cifrado
ante la mirada atónita
de los pescadores.
Si tuviera un deseo hoy
sería el leño ardiente.
En medio de mi pecho seco
para descomprimirlo todo
y colocarme algo liviano
cada vez que invoco
dioses extraños.
Si tuviera un deseo hoy
sería un cáctus suave.
En mi cama cada mañana
para abrazarlo hasta reventar
y bañarme de su agua vieja
lavar mis penas en su filo
para siempre.
Si tuviera un deseo hoy
sería desear solamente todo
lo que pueda tener.
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