Mami venga venga
que nadie la entretenga
quien la entretuviese
dolor de panza le viniese
cantaba Betty mientras yo
desde una altura indecible
miraba la Avenida Rivadavia
oscurecida por la noche.
Una distancia terrible
un fogonazo ancestral
la dimensión desconocida
atravesarla era magia negra
gualicho imposible pero igual
detonada de cansancio
llegabas hasta mí.
Busco los huecos
donde dejé olvidadas
las partes de Juan.
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