Revuelto como un monstruo
agita vagamente sus alitas
al encuentro de la duda terca
amasijante de toda gravedad
pionera en la escuela de la tos
un somellier de portafolios
tarado por la misma educación
sentimental de los hombres
siempre prestos a violentar
chispas del mundo, tentáculos
como un par de alitas rotas
aún intentan, no sin calma, volar.
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