En la calle cantaste
y en la calle te fuiste a morir.
No encuentro forma más certera
de convertir a la muerte
en un hecho artístico
en un hecho político.
Me enseñaste:
que la palabra no puede ser
jamás cooptada por la tibieza
ni por el conformismo
por el contrario debe
disparar alaridos, ásperos
y también dulces, cada vez
que sea posible.
Palo.
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