Un suspiro limeño acompasa el tiempo mientras
cabildeo la peregrinación hacia un mar de fuegos;
cremoso y dominguero, acribillado con besos torpes
me corto un destello al picar cebolla, por distraído.
Trastes tristes truecan tres trompas de elefante
o al menos así decodifico el susurro del viento
cuando fiero irrupme en el living, guaso y chacal;
armo un cardúmen de mis manos y el gualicho se va.
Condominio delimité al quemar las naves
sinfín con lucro en materia de amor
calidez especial, cáctus noble de abrazar.
Absurdamente apacicigué mi mirada
altanera derramaba su ataviado candor
mas otro mañana construyo lento al cantar.
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