¿Porqué no confiás en las metamorfosis?
Si estoy seguro (¡cómo nunca lo estuve!)
que nos transformaremos en palomas o en piedras circulares,
en espejos o en célebres caídas,
en acezos y en múltiples pasiones.
O tergiversaremos nuestros cuerpos. Y tu curioso labio sangrará.
Yo lo presencié, desde mi antojo,
en mi falla y en mi quietud.
Fueron sólo unas cuantas furias, las que inexorablemente se convirtieron en vos.
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