Hacer la cama
de manera lenta
sin pensar
en la última vez
que toco esa tela.
Estirar los bordes
aplanar los dobleces
en tanto el sol se filtra
e ilumina mis manos.
Dejar todo ordenado
por última vez:
un gesto de amor
para ser justo
con la historia.
Sujetar con calma
las sábanas que
durante seis meses
pagaré sin saber.