Aquellas tardes anochecen más de la cuenta.
Llevo por manos rocas, explotadas de minerales
nunca antes nombrados ni usados para extraer
elemento alguno capaz de generar una energía
renovable en las vísperas de un knockout dulce.
Inminentemente viene el norte, ponzoñozo hechizo,
aunque lo beberé presuroso en plan de fuga hacia.
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