las mesas, las familias: afuera de las casas
las veredas ocupadas la ciudad un living
a resguardo del calor y de los secretos
una noche de verano en la capital.
abuelas, adultos y nietos que se mezclan
no se sabe bien quién parió a cada cual
¿es un vecino o es un hermano?
todo puede pasar en la capital.
al bajar de la montaña hacia el valle
el rumor de las conversaciones sube
de a poquito un viento sonda habla
y dice palabras carnosas como aceitunas.
oliva es la piel también y bajo las estrellas
resplandece a una velocidad amainada
el surco del camino es sinuoso, baila.
Atrás de todo las montañas duermen.
La ciudad ya despertó de la siesta
es momento de cenar en la vereda
la vida deja de tener miedo y comparte.