Baja la callecita pegada al río
con su viejo ciego y sus perros
y el kiosco polirrubro de la chica
Son tierras cargadas de humedad
toda vida es candente y nunca sobra
las personas son lindas bajo su sol
Mece mi cuerpo el atardecer
para atravesar puertas invisibles
con un ánimo curioso y subfluvial.
Entre las manos hay un olor a madera
es la leña quemarse suave como canoa
al tiempo en la pileta flota un gato muerto.