sábado, diciembre 29, 2007

Desde una manzana

Desde una manzana verde te veo rodar por los caminos.
Un orificio que tallé trabajosamente con mi cuerpo largo y uniforme
sobre su carne blanca me permite espiarte gravitando
en la punta de la mitad blanca de una luna de greda y maíz.

No me quejo: no tengo una inmensa movilidad,
pero estoy estratégicamente ubicado sobre el cráneo de tu calle.
Cuelgo, y te veo matear en el patio a las seis
y sin más soy feliz como un francotirador sin armas.

Porque el sur de la ciudad es un perfecto lugar
para colgar en el orificio de una manzana y mirar
desde la altura el instante calmo en que introducís
tan tiernamente la llave en esa vagina de hierro del veinte
y oler el click que cede ante tu pequeña intensidad.

Sacudo, entonces, mi viscosidad
y la nave verdosa tambalea de algarabía.

viernes, diciembre 21, 2007

Ay

No te seduzco desde ángulo alguno,
al menos eso transmiten tus caderas cumbieras.
¿Qué voy a hacer? Sin tu amor no hay torbellino
que me saque a bailar ni que me haga perforar
la piel marrón clarito de la tierra que es el único
amor que me queda en unas noches solitarias
y bordó, pacíficas y alcohólicas las noches
en que tu danza derrite la retina que se tilda sobre vos,
oscurita zamba.

No comprendemos ninguno de los tres (mis ojos y yo)
cómo es que podés ser tan bella y tan cruel
como el jueves transparente que amanece
Buenos Aires se amalgama tan compinche con tu maldad
y no puedo odiarte, ay, no puedo ya sin gritar
es que los versos son de estopa verde y la piñata trae amor barato.

Mientras que explotaba escuché al Pelado decir bajito
"supongo que te amo
pero aún no estoy preparado políticamente para la revolución"



pd:
"el mejor cuadro de conduccion es el que, además, mete el brazo hasta al sobaco en los hielos para buscar una birra
como el che"

sábado, diciembre 15, 2007

Medrano húmeda

Gotas que caen sobre Medrano
le piden permiso a nuestras calles;
están que revientan de gordas
y casi redondas impactan
contra la superficie almagrense del planeta.

Son un beso largo en la boca
los párpados sellados se juntan
para el escalofrío tímido que nace de su contacto,

aunque sean gotas de lluvia de verano y febrero
de la puta pampa húmeda, tan amante de mis sexos calle adentro.

"Porque llueve tango en mi barrio, señor oficial,
llueve tango... sobre la calle Medrano intrusada
por la guardia vieja y por el general Perón
que era Cangallo, que era ..."

Alguna vez soñé que había gotas púrpuras
sobre la calle Medrano,
con bondis sin ruedas y el Boedo Billar Club
hasta carente de grapa, en un idilio seco y que busco olvidar.

Gotas redondas como la número cinco sobre mis ojos
me trajeron de nuevo a la lejanía de un puerto de negros y casi
y unas ideas locas del sur de Italia que pintaron el Pasaje y lo nombraron.
Es allí donde hoy descanso.